Holiii!♥ ¡Comencemos la nueva semana! La verdad es que me falta un poco más de energía y optimismo, pero sé que en un par de días vuelvo a ser yo misma, en cuanto vuelva a salir el sol. ¿Y, con este tiempo que te pones? Calor, frío de repente, otra vez calor y viento, no sé qué armario tener.
No hace mucho que salió la moda del contouring, pero si ya nos bronceábamos ¿qué diferencia hay? Hay muchas personas que aún no saben cómo se aplica cada técnica y es tan sencilla que en unos simples pasos os los diferenciaré.
1. Contornear el rostro
La técnica del contouring tiene una función muy específica y es la de crear sombras en nuestro rostro que nos marquen las facciones. Aquellas sombras que deberíamos tener de manera natural, pero que en cada tipo de cara falta.
Si tenemos la cara más redonda, querremos alargarla de una manera visual, todo lo contrario a una cara más alargada que quiere parecer más redonda. Por ello creamos formas en nuestra piel de maneras muy diversas.
Las texturas son muy variadas, pueden ser en polvo, mousse, líquidas, etc. Pero para contornear, necesitaremos unos colores bastante fríos, esto es, que el marrón tire hacia el gris y, las brochas pueden ser de distintos tipos. En punta para difuminar, recta y delgada para definir o biselada que ya tiene la forma hecha.
Marcamos las facciones que queremos resaltar y difuminamos. Donde se suele usar esta técnica suele ser en los extremos de la frente para disminuir su tamaño (siempre de manera visual), debajo del pómulo, para marcarlo, en los lados de la nariz, para hacerla más fina, y debajo de la mandíbula para disimular la papada, entre otras cosas y hablando claro jaja.
Como podéis ver, esos son los puntos más usados, yo no abusaría con ello ni me obsesionaría, ya que sí se nota diferencia, pero no es algo necesario para el maquillaje diario de cualquier persona. Un truco es poner la famosa cara de pez, para saber dónde se debe marcar el pómulo por debajo con las sombras.
Los sitios que marco en las fotos suelen ser donde da el sol (en la frente), pero normalmente por donde el sol nos hace sombra, es decir debajo del pómulo y papada, algo que diferencia del bronceador.
2. Broncear
En cambio el bronceado lo hemos usado siempre en nuestros maquillajes, y es mi paso favorito, pero hay que tener cuidado en no pasarnos porque pareceremos unos conguitos.
Lo único que nos va a aportar esta técnica es aportarnos color en el rostro, simular que el sol nos ha dado en la cara, es decir, los puntos más altos del rostro.
Las brochas que son más prácticas para broncear deben ser poco tupidas, muy sueltas y bastante grandes. Lo que queremos conseguir es aportar color, no definir por ello debemos usar una brocha que no marque tanto, simplemente pase suavemente por encima.
Al contrario que el contorno, necesitaremos colores bastante más cálidos, esto es, tirando al color naranjita. Es más, muchas veces nos gusta usar un poquito de dorado en esos mismos colores para dar un color precioso al rostro.
Suelo repasarme, y a la vez difuminar el contorno, tanto en las mejillas, como en la frente, como debajo de la mandíbula, pero también doy un toque por encima de la nariz porque es un punto donde incide bastante el sol.
Lo que queremos conseguir es subir un poco el tono de nuestra piel, sobre todo en verano y después de estar bronceadas.
Espero que ahora quede más claro con estos cuatro pasos tan sencillos, es un post muy breve y conciso.
¡Feliz comienzo de la semana :)!